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08 de abril de 2025 - Tiempo de lectura 6 min

¿Está tu empresa expuesta? Conoce la importancia de un Pentest para anticiparte a las amenazas

Por Borja Serrano Urquidi

A medida que una organización amplía su infraestructura digital, también crece su exposición a las ciberamenazas. El Pentesting, o prueba de penetración, permite detectar de manera proactiva vulnerabilidades antes de que sean explotadas por actores malintencionados. Se trata de una auditoría técnica con un enfoque ofensivo.
¿Está tu empresa expuesta? Conoce la importancia de un Pentest para anticiparte a las amenazas


¿Qué significa pentest o pentesting?

El pentest, o prueba de penetración, consiste en simular ciberataques controlados sobre los sistemas de una organización con el objetivo de detectar debilidades antes de que puedan ser explotadas. A diferencia de las auditorías tradicionales, que son defensivas, el pentest es ofensivo y evalúa la seguridad real desde la perspectiva del atacante.

La urgencia de una estrategia ofensiva en ciberseguridad

Los ciberataques ya no son una posibilidad remota, sino un riesgo operativo real. Según los últimos informes, el 68% de las empresas españolas han sufrido incidentes de seguridad en los últimos dos años, con pérdidas medias de 120.000 euros por incidencia. En este contexto, el pentesting se posiciona como una herramienta clave, y va mucho más allá del análisis estático de vulnerabilidades. Su objetivo es detectar fallos técnicos, errores de configuración e incluso comportamientos humanos que podrían comprometer la seguridad, ofreciendo una visión clara del impacto real que tendría un ataque.

Vodafone Business pone a disposición de las organizaciones un servicio de pentesting que adopta un enfoque riguroso y metódico, simulando ataques reales para evaluar la resiliencia de los sistemas corporativos. Esta metodología combina herramientas automatizadas con análisis especializados para recrear escenarios plausibles de ataque. Durante la fase de reconocimiento, se lleva a cabo un mapeo detallado de rangos IP, puertos abiertos y servicios expuestos, aplicando técnicas como el fingerprinting para identificar tecnologías críticas. Este proceso, que replica las acciones de un atacante externo, permite construir un inventario exhaustivo de activos, incluyendo aquellos que podrían no haber sido previamente documentados.

¿Cómo se realiza la prueba de penetración?

Todo comienza con la fase de reconocimiento, cuyo objetivo es recopilar la mayor cantidad de información posible sobre el sistema objetivo. Esta recolección puede realizarse de manera pasiva —mediante búsquedas en Google, revisión de registros DNS o análisis de redes sociales— o de forma activa, como escaneando directamente el sistema para identificar puertos abiertos y servicios en ejecución.

Con toda esta información recopilada, se procede a la fase de análisis o escaneo, cuyo objetivo es identificar vulnerabilidades en los sistemas y servicios detectados. Para ello, se emplean herramientas como Nmap, que permiten descubrir servicios expuestos, así como escáneres de vulnerabilidades proporcionados por distintos fabricantes, los cuales ayudan a detectar fallos conocidos que podrían ser explotables. Además, se realiza una tarea de enumeración, una técnica más detallada de recolección de información que busca datos útiles como usuarios, rutas compartidas o configuraciones accesibles públicamente.

Una vez detectadas las posibles debilidades, se pasa a la fase de explotación, en la que se intenta obtener acceso real al sistema a través de esos puntos vulnerables. Esto puede ir desde una simple inyección SQL en una página mal configurada, hasta la ejecución de exploits más complejos mediante herramientas como Metasploit. Si el acceso inicial obtenido es limitado, se recurre a la escalada de privilegios, cuyo propósito es alcanzar mayores niveles de acceso, como pasar de un usuario común a uno con privilegios de administrador o incluso root.

Tras obtener un control más amplio sobre el sistema, comienza la fase de post-explotación. Esta etapa se centra en evaluar hasta dónde puede llegar un atacante dentro del entorno comprometido: recolectar credenciales adicionales, desplazarse lateralmente por la red, acceder a otros sistemas o incluso establecer mecanismos de persistencia para mantener el acceso en el futuro. Estas acciones permiten medir con mayor precisión el impacto real de una intrusión.

En escenarios donde el objetivo del pentesting es simular el comportamiento de un atacante realista, puede incluirse una fase de eliminación de huellas. Esta consiste en borrar registros (logs), ocultar archivos o procesos, y reducir al mínimo cualquier rastro de actividad maliciosa. Sin embargo, esta etapa no siempre se ejecuta, especialmente en pruebas éticas orientadas únicamente a la evaluación de seguridad, aunque forma parte del enfoque integral de una simulación de ataque.

Finalmente, todo lo descubierto se recoge en un informe técnico, que es clave. No solo se documentan las vulnerabilidades encontradas y cómo se explotaron, sino que también se ofrecen recomendaciones claras para mitigarlas. Es la parte que transforma el ataque simulado en valor real para la empresa o el equipo técnico que necesita protegerse mejor.

¿Por qué las grandes empresas deben realizar un Pentest de forma periódica?

La frecuencia de estas pruebas no debe limitarse a una acción puntual. La evolución constante de las amenazas, junto con los cambios tecnológicos internos (migraciones a la nube, nuevas integraciones, despliegue de IoT, etc.), hace imprescindible que las grandes corporaciones realicen auditorías de seguridad de forma regular. Solo así se garantiza una visibilidad continua del estado real de la seguridad.

Beneficios estratégicos más allá de la detección

Más que un mero ejercicio técnico, el pentesting se alinea con objetivos empresariales clave. Para las corporaciones sujetas al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) o a la norma ISO 27001, estas pruebas validan el cumplimiento normativo y evitan sanciones que pueden alcanzar el 4% de la facturación global. Además, protegen la reputación: un solo minuto de inactividad en servicios críticos puede costar hasta 8.000 euros en sectores como el financiero.

Vodafone Business enfatiza la integración con otros servicios, como el Plan Director de Ciberseguridad, que puede financiarse con los Fondos Europeos Next Generation. Este enfoque permite corregir vulnerabilidades puntuales y también rediseñar arquitecturas completas bajo principios zero-trust. Un caso paradigmático es la implementación de microsegmentación en redes industriales, donde el pentesting reveló puntos ciegos en los firewalls tradicionales.

Tecnologías emergentes y desafíos futuros

La creciente adopción de la tecnología IoT industrial y de los entornos multicloud amplía los vectores de ataque. El pentesting especializado en redes 5G (donde se evalúan los riesgos del network slicing) y en plataformas SaaS permite identificar vulnerabilidades relevantes. Un área crítica es la seguridad de las APIs: mediante técnicas como el fuzzing o el análisis de endpoints no documentados, se identifican fugas de datos en integraciones entre sistemas ERP y CRM.

Otro frente es la ciberresiliencia en infraestructuras críticas. En colaboración con clientes del sector energético, Vodafone Business ha desarrollado simulaciones de ataques de ransomware con desconexión controlada de SCADA, con el objetivo de medir los tiempos de recuperación y la eficacia de las copias offline. Estos ejercicios revelaron que el 40% de los protocolos de respuesta estaban obsoletos ante tácticas modernas como la doble extorsión.

El valor del pentesting no radica solo en informes técnicos, sino en su capacidad para transformar mentalidades organizativas. Vodafone Business incluye talleres de concienciación donde se muestran, en entornos controlados, cómo se produjeron accesos no autorizados mediante contraseñas débiles o correos de phishing durante las pruebas. Este enfoque ha demostrado reducir en un 60% los incidentes causados por error humano en clientes del IBEX 35. 

Cómo un pentest avanzado protege la red empresarial

Las organizaciones más avanzadas en ciberseguridad no solo utilizan el pentesting para detectar vulnerabilidades técnicas, sino también para transformar su cultura de seguridad, validar respuestas ante incidentes y mejorar su resiliencia operativa.

La apuesta de Vodafone Empresas consiste en combinar inteligencia artificial con experiencia humana. Sus equipos emplean machine learning para analizar petabytes de registros de ataques simulados e identificar patrones que escapan a los métodos tradicionales. Sin embargo, mantienen un componente humano crítico: el 15% de las vulnerabilidades explotadas en sus pruebas fueron detectadas exclusivamente por analistas senior mediante la ingeniería inversa de protocolos propietarios.

Dado que el mundo está cada vez más interconectado y la defensa en forma de foso y castillo ya no es aplicable, el pentesting deja de ser opcional para convertirse en un pilar fundamental de la gobernanza corporativa. Vodafone Business posiciona este servicio como la primera línea de defensa en una estrategia multicapa, donde la anticipación marca la diferencia entre la resiliencia y el colapso operativo. La inversión en estas pruebas no es un gasto, sino un seguro estratégico para la continuidad del negocio en la era digital.

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